Pareciera que ya está todo dicho. La sucesión jardín de infantes-primaria-secundaria-facultad-postgrado-trabajo estable casi que no admite escapatoria. Y como que todos aspiramos a eso, no? El fin último es poder tener la mayor cantidad de plata con el menor esfuerzo posible. Pero ojo, tampoco temes que parecer un pajero, porque sino "no te mereces lo que tenés". Y seguimos sometiendonos a críticas ajenas. La sociedad entera mirando, escrutando que no te salgas del plan que ella formuló para vos. Y decidiste no estudiar? Y bueno, te toca laburar entonces, pero nunca vas a poder lograr lo que un postgrado te hubiera dado, que pena por vos. Y planeas estudiar algo poco rentable? Y si no "la pegás", esta bien, necesitamos de eso, no todos podemos llegar a tener mucha plata, no tendría sentido. Y en serio no querés tener hijos? No te querés casar? Que triste, que egoísta, vas a envejecer solo y triste.
Tenes que devolverle a la sociedad todo lo que ella te dio tan desinteresadamente. Dale, un poquito de competitividad y ambición no le hacen mal a nadie, crezcamos juntos (pero siempre bajo las mismas reglas, eh, el progreso siempre va a ser lo que ella diga que lo es)
Y en donde entro en medio de todo esto?
Me encierro en un objetivo que, por un breve instante, creo sentir propio. Pero la cosa es que nada es mío, y al tiempo todo lo es. Porque yo también soy esa sociedad. Yo también contribuyo a perpetuar todo lo que repudio. Yo estudio una carrera que no me gusta, que no disfruto, yo proyecto un futuro en el que "tengo que sacrificarme" para lograr el tan anhelado objetivo. Yo lloro, pero no escapo. Yo se que lo que hago no está bien, pero no lo cambio.
Pero si no, en donde encajo? Ah, y esa manía de encajar, también nos conviene, eh.
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