jueves, 1 de abril de 2010

Simple, noche.


Salimos sin saber a dónde. Salimos a la deriva, sin ni siquiera un lugar donde dormir. Peligroso? Arriesgado. Pero siempre lo prohibido, lo peligroso nos resulta extrañamente tentador (y a quien no?). Corrimos muchos riesgos con el solo fin de calmar las ansias de rebeldía. "Que sería de la vida si no te arriesgas", le repetía cada vez que un "tengo miedo" asomaba por su boca. Era como si tuviera una inexplicable confianza a mi lado, como si creyera que si se mantenía cerca mio, las cosas iban a ir bien. Nos divertíamos a veces, y otras la cosa se tornaba un poco más aburrida y decidíamos volver a nuestras respectivas casas. Creo que recorrimos el mundo acompañandonos. Lugares a dónde nadie se le ocurría ir, ahí ibamos. Eramos rebeldes, pero siempre en secreto. Eso tambíen sumaba a los riesgos que corríamos. Y nos gustaba, eramos felices con esa sensación de "Nos van a descubrir" que inundaba nuestros cuerpos cuando parecía que algo iba a salir mal. Asi pasó algún tiempo de nuestras vidas, hasta que un día decidimos portarnos bien, madurar, dejar las épocas de locura atras. Y, entonces nos dejamos de ver. Pero esos recuerdos abundan en nuestras memorias, y mierda si tendremos historias locas que contar...

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