miércoles, 21 de enero de 2015

La era de la rapidez

Los aviones cada vez más veloces.
Los teléfonos cada vez más inteligentes.
La relaciones cada vez más fugaces.
Cada vez queremos la comida más rápido en nuestros platos.
Queremos leer reportajes sobre hechos ocurridos hace diez minutos.
No sabemos qué hacer en el baño sin el celular.
Nos sorprendemos cuando en una cafetería no tienen wifi.

Apurados, vivimos.

Qué triste no poder poner en pausa el mundo para disfrutar ciertas cosas.
Leer un libro sin sentir la necesidad de publicarlo en todas las redes.
Respirar en serio y sentir el aire, no respirar sólo para sobrevivir.
Cocinar despacio, sin poner el fuego alto para acelerar la cocción.
Dormir sin despertador.
Charlar mirándonos a los ojos.
Amar mirándonos a los ojos.
Que pena, que para esas cosas, ya no haya tiempo.

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